martes, 28 de abril de 2009

Desenvenenando

Envenéname
Mátame
Hazme sufrir
Ensucia cada rincón de mi pensamiento
No tengas miedo
Sé feliz
No llores
Deja que lo haga yo
Ríe
No temas a las llamas
No dejaré que te quemen
Déjame seguir adelante
Por ti
Por mí
Baila como si nadie te viera
Déjame soñar contigo
Sueña conmigo
Camina conmigo
No vayas sola
No pierdas tus alas
Deja que te dé las mías
Es mas fácil volar así.

Déjame ser yo el que te haga reír.

lunes, 27 de abril de 2009

Ni la mitad

Quiero poner más atención a los detalles del final de la historia, pero ya no sé si esto es la realidad, o es que ya me subió el hash.
Aún recuerdo dar la patada a aquella lata de la que salió el genio más decrépito que jamás habría imaginado, para posteriormente no cumplir aproximadamente ni la mitad de lo que pedí.
Creo que se mostró así, como diciendo "Tú mueves. Que la mano ya está puesta y hay dos ases en la mesa... y es viernes, tal vez la hoguera que encendiste para su frío, debajo de su ombligo, aún continúe encendida."

Y se fue.

Además no cumplió ni la mitad de lo que pedí.
O a lo mejor ya me había subido el hash y lo imaginé.


domingo, 26 de abril de 2009

Brindemos

Hoy vengo a pedir un aplauso, por primera vez.
Para brindar, yo empuñaré un Jim Beam con hielo, pero entiéndase que cada uno puede brindar con lo quiera.

Pediré un aplauso por los malos momentos, por los buenos, y los que no han sucedido todavía.
Pediré un aplauso tambien por la espera, la incertidumbre, y las flores que nacieron a raíz de ello.
Pediré un aplauso por reencuentros indeseados, por sueños no soñados y por ilusiones que no desfallecen.
Pedire un aplauso por la risa, las muchas penas, las idas sin prisa y las vueltas que no quieren dejar ver el fin.
Pediré un aplauso por cada mañana nueva, por cada recuerdo que traiga y por lo que éste suponga.
Pediré un aplauso por la paciencia, por la paranoia y la imprudencia que implica no poder elegir.
Pediré también, si me dejan, un aplauso para el silencio, esa nota que todos sabemos tocar y que a pocos nos apetece escuchar.
Pediré tambien para las palabras que nos decimos a nosotros mismos intentando mentirnos, y ante todo un aplauso para el que las quiera llegar a entender.
Pido aplausos para el que mueve los hilos de nuestras cometas, que a la vez le odiamos, porque el viento es más caprichoso y testarudo que él.
Sirva, entonces, de desagravio, un aplauso para el que, aun mirando al frente, no ve a través de la pared.
Después de unas copas, reiremos. Y Brindaremos, si quieres, hasta por el sol.
Despues yo pediré un aplauso para ti, por entrar a este blog.


Bienvenido.