miércoles, 29 de junio de 2011

Una puta décima de segundo

La obra que estábamos viendo era un coñazo.
En la calle, fuera, habría del orden de unos chorrocientos grados. Por lo que el teatro fue la opción más correcta, salvando alguna cabezada de rigor por lo soporífero del espectáculo.
Recuerdo el duendecillo malo pervirtiendo mis ideas cada vez que nuestras cabezas se inclinaban la una sobre la otra para comentar algún dato acerca de la función.
Recuerdo que el proyector de la sala indicaba el fin de aquel momento, al son de Sympathy for the Devil de los Stones, versionada por alguien. Un momento que se acababa y yo allí, espiando su silueta, disimuladamente.

Cuando se detuvo el tiempo dejó de parecerme un mal final de obra.

Tras una décima de segundo increíblemente decisiva, ella seguía estando ahí.
Suena a lo que tú quieras que suene, pero estuvo ahí, para mí.
Y yo me quedé a cuadros. Y me temblaron las piernas.

Y aún me tiemblan.

martes, 10 de mayo de 2011

más melenudo y más soez

Se hace de día.
Con suerte me levantaré de un salto, pondré un vinilo, prepararé café y me ducharé después de un pitillo. Pero eso es con suerte.
La realidad golpea cuando:
a) no se hace de día, si no que son las 17.30.
b) te duele la cabeza, los niños de los vecinos, en komplot, han decidido llorar y/o correr para disfrute tuyo.
c) lo del tocadiscos es impensable; más ruido que soportar sumado a una auténtica gymkana entre botellas y cables, por no hablar de -eventualmente- un cenicero volcado o un vómito que hacen que, lejos de encenderte un pitillo corras hacia el baño con
d) más ganas de llorar en un rincón agazapado que de ducharte.

Me miro al espejo y vuelvo a ver al Juan de siempre, -más melenudo y más soez, sí- y he decidido hacerme un blogg para juzgarle porque no hay mucho que aprender de él.
Mientras tanto seguiré siendo vigilante de las noches, en los bares, de la décima de segundo, en que cuando pases, te pares.

miércoles, 20 de abril de 2011

Probando

Todas las secciones e imágenes del blog están en pruebas.