martes, 10 de mayo de 2011

más melenudo y más soez

Se hace de día.
Con suerte me levantaré de un salto, pondré un vinilo, prepararé café y me ducharé después de un pitillo. Pero eso es con suerte.
La realidad golpea cuando:
a) no se hace de día, si no que son las 17.30.
b) te duele la cabeza, los niños de los vecinos, en komplot, han decidido llorar y/o correr para disfrute tuyo.
c) lo del tocadiscos es impensable; más ruido que soportar sumado a una auténtica gymkana entre botellas y cables, por no hablar de -eventualmente- un cenicero volcado o un vómito que hacen que, lejos de encenderte un pitillo corras hacia el baño con
d) más ganas de llorar en un rincón agazapado que de ducharte.

Me miro al espejo y vuelvo a ver al Juan de siempre, -más melenudo y más soez, sí- y he decidido hacerme un blogg para juzgarle porque no hay mucho que aprender de él.
Mientras tanto seguiré siendo vigilante de las noches, en los bares, de la décima de segundo, en que cuando pases, te pares.

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