sábado, 23 de mayo de 2009

Climaxtología

Qué distinto se oye gemir a los vecinos de arriba cuando te da igual. No era el típico domingo de un sol de mierda que no traspasaba las nubes, que dejaban un goteo esporádico a su vez.
Era el atípico, extraño e irracional sábado egoísta bajo las mismas condiciones climatológicas.
De ventana para adentro, la primavera invadía todo, dosificando el color en un día que ni el vecino, su novia, su climax y su cigarro de después podrían torcer.
Algo o alguien habia empuñado su pluma y había comenzado a escribir recto en un cuaderno con renglones irregulares.
Algo o alguien se acercó por detrás a mi oído para gritarme bien alto que hoy el cielo no podía con nosotros.
Algo o alguien al que pasé a deber el mayor de los agradecimientos.
De momento gracias, Karma.

A través de los altavoces California dreamin', de The Mamas & The Papas.
A través del reloj, nada.

El tiempo se había detenido para dejar que me comportara como un loco.


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