jueves, 13 de agosto de 2009

El mundo quería parar...

No quise detenerme allí.
El mundo, obediente,
siguió girando como yo ordené que hiciera.
Primero puso mala cara.
Yo saqué los dientes.
Él sacó negras nubes
que yo abatí a golpe de espada.

Me enfadé:
"Cuando yo te diga que te pares, te paras"

Y él no sacó ningún arma.
Simplemente siguió girando, obediente,
mientras yo aún lloraba.

2 comentarios:

  1. Treinta y cuatro giros más tarde,
    paró y preguntó:
    "¿no cesarás tu llanto?"

    Y con los ojos secuestrados por lágrimas, respondí:
    "no te das cuenta de que si te detuvieras por mi pena, otros continentes jamás verían la luz del día?"

    Y giró obediente -pero esta vez- acompañándome en el llanto.

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  2. PUes ya somos dos los que te acompañamos en el llanot. Aunque a mi me van quedandopocas lágrimas

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